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Abre los Ojos en Narcolepsia

Concurso de casos clínicos

Narcolepsia multirresistente

Antonio M. González-García, Marta Morán-Sánchez, Amparo R. Sánchez-Serrano, Jesús A. Vizcaya-Gaona, Yasmina El Berdei-Montero, José C. Morán-Sánchez

Introducción

La narcolepsia de tipo 1 puede conceptualizarse como una enfermedad en la que se alteran los me­canismos de control del sueño y vigilia, creándose un estado de inestabilidad que permite que ele­mentos del sueño irrumpan en vigilia y viceversa. Su prevalencia en países occidentales varía entre 20 y 60 casos por 100.000 habitantes, y la incidencia en la población general es de 0,74 por 100.000 per­sonas/año, y aumenta en niños entre 5 y 19 años a 0,83/100. 000 niños/año [1-3].

El motivo por el que habitualmente se consulta es la excesiva somnolencia diurna, con cuantiosos episodios diarios de sueño irresistible, ocasional­mente abruptos (ataques de sueño). El resto de los síntomas que completan la tétrada narcoléptica son la cataplejía, las parálisis y las alucinaciones hípni­cas. Con menos frecuencia aparecen otras manifes­taciones, como comportamientos automáticos, lap­sus de memoria, ganancia de peso, síntomas depre­sivos, ptosis palpebral o parasomnias [3-5].

La historia natural de la enfermedad es muy va­riable de un enfermo a otro, así como la repercusión en la calidad vida. Para la cuantificación y valora­ción de algunos de estos síntomas podemos hacer uso de escalas o cuestionarios, y los más conocidos son la escala de somnolencia de Epworth (ESS) y el índice de calidad de sueño de Pittsburgh (PSQI) [5].

El diagnóstico según la nueva clasificación inter­nacional de los trastornos del sueño exige la pre­sencia de excesiva somnolencia diurna o ataques de sueño durante al menos tres meses. Además, debe acompañarse de episodios de cataplejía junto con una latencia media de sueño menor de ocho minu­tos y dos o más siestas con entrada en el sueño de movimientos oculares rápidos (REM) en el test de la­tencias múltiples de sueño; o presentar niveles de orexina en el líquido cefalorraquídeo por debajo de 110 pg/mL medidos por inmunorreactividad.

Está firmemente establecido que la narcolepsia de tipo 1 está causada por la pérdida selectiva de neuronas productoras de orexina en el hipotálamo lateral que ocasiona un déficit de la neurotransmi­sión orexinérgica. Curiosamente, no están afecta­das las neuronas adyacentes que contienen hormo­na concentradora de melanina [3]. En la patogenia de la enfermedad es probable que esta destrucción neuronal selectiva se produzca en individuos gené­ticamente susceptibles que porten uno o más alelos posibles agentes medioambientales que desencade­narían esta respuesta inmunomediada se descono­cen, aunque hay indicios de que ciertas infecciones virales, vacunas, traumatismos craneoencefálicos o enfermedades autoinmunes del sistema nervioso central podrían promoverla [3,4].

La red neuronal que constituye el sistema orexi­nérgico es compleja. Las neuronas productoras de orexina se proyectan, entre otros, a los circuitos neuronales involucrados con el mantenimiento de la vigilia y la regulación del sueño REM. La orexina estabiliza la vigilia, previene de la transición ina­propiada a sueño REM o no REM y suprime el sue­ño REM. De esta manera, la pérdida de neuronas orexinérgicas permite que los fenómenos relacio­nados con el sueño REM se introduzcan tanto en vigilia como en sueño no REM.

Existe un creciente interés en el sistema histami­nérgico, pues se ha objetivado un aumento de las neuronas productoras de histamina de los núcleos tuberomamilares del hipotálamo en pacientes con narcolepsia de tipo 1. Este fenómeno se produce como mecanismo compensador frente al déficit de orexina, ya que ambas participan de manera sinérgi­ca en la promoción y la estabilización de los estados de vigilia y sueño. Así, la hiperfunción del sistema histaminérgico intenta mitigar los síntomas de la enfermedad, sobre todo la excesiva somnolencia diurna, aunque, por el contrario, favorece la frag­mentación del sueño nocturno [3].

Caso Clínico

Varón que a los 43 años comenzó de forma aguda a presentar episodios de debilidad generalizada en re­lación con emociones intensas y ciertas actividades físicas, como caminar de puntillas, saltar o girar bruscamente. Simultáneamente, desarrolló excesiva somnolencia diurna y la necesidad de dormir sies­tas, que sólo en ocasiones resultaban reparadoras.

Las escalas de excesiva somnolencia diurna y ca­lidad de sueño nocturno mostraron una somnolen­cia diurna patológica y mala calidad de sueño noc­turno, y la puntuación de la ESS fue de 19, y la del PSQI total, de 7. La neuroimagen (tomografía com­putarizada craneal y resonancia magnética cere­bral; Fig. 1) y el electroencefalograma con actividad de vigilia y de sueño (Fig. 2) no presentaron altera­ciones patológicas. Los análisis de sangre y orina, incluyendo autoinmunidad y anticuerpos antineu­ronales, fueron normales. En el estudio del líquido cefalorraquídeo se evidenciaron niveles de orexina inferiores a 50 pg/mL. El estudio polisomnográfico con videograbación integrada no mostró hallazgos de interés. El día siguiente se realizó el test de laten­cias múltiples de sueño, con cuatro siestas diurnas de 20 minutos separadas de dos horas, y se obtuvo una latencia media de 1,52 minutos y dos entradas en sueño REM (Fig. 3).

Una vez realizado el diagnóstico de narcolepsia de tipo 1 con hipersomnolencia grave, se le prescri­bieron dosis crecientes de venlafaxina y modafinilo. Por otra parte, se le proporcionó una guía con pau­tas de higiene de sueño adaptadas a sus necesida­des. A pesar de estas medidas, el paciente no perci­bió un adecuado control de los síntomas e inevita­blemente se vio obligado a abandonar ciertos de­portes y hábitos sociales. En los siguientes meses, la de cataplejía se hicieron más frecuentes y ante estí­mulos emocionalmente neutros. Por ello, se incre­mentó la dosis de ambos medicamentos y se asoció oxibato sódico. No obstante, la respuesta al trata­miento siguió siendo insuficiente. Posteriormente, se suspendió la venlafaxina por efectos adversos (mareo, cansancio, episodios de confusión y altera­ción de la memoria y de la atención) y se sustituyó por clomipramina, de la cual se alcanzó una dosis diaria de 75 mg. Con este esquema terapéutico se logró un adecuado control durante 19 meses. A partir de ese momento empezaron a exacerbarse los síntomas y aparecieron parasomnias como efec­to secundario del oxibato sódico.

Dada la refractariedad de la enfermedad al trata­miento, se decidió asociar pitolisant. Para evitar in­teracciones farmacológicas, se comenzó con una dosis de 4,5 mg y se realizó un ascenso lentamente progresivo hasta alcanzar los 18 mg al día. A partir de ese momento se evidenció una franca mejoría, tanto de la excesiva somnolencia diurna como de las cataplejías, y se objetivó una bajada de la pun­tuación en las escalas ESS y PSQI (12 y 6, respecti­vamente). El paciente volvió a su estilo de vida an­terior y recuperó las actividades deportivas y socia­les abandonadas. Tras unos meses de estabilidad se pudo reducir la dosis de clomipramina y modafinilo sin objetivarse empeoramiento clínico.

Discusión

Son numerosas las medidas de las que disponemos en la actualidad para aliviar los síntomas cardina­les de la enfermedad. A veces, es suficiente con un abordaje no farmacológico que incluya buena hi­giene de sueño, siestas estratégicamente situadas, ejercicio físico matutino, horario regular de comi­das y otros hábitos saludables de sueño. Sin embar­go, en la mayoría de las ocasiones se requiere una medicación que permita al sujeto convivir satisfac­toriamente con su enfermedad.

La elección del fármaco viene condicionada por la sintomatología predominante y, siempre que sea posible, en monoterapia. Así, en los pacientes con narcolepsia de tipo 1 que presenten exclusivamente excesiva somnolencia diurna se puede iniciar trata­miento con neuroestimulantes, como el modafinilo o el pitolisant; si asocian cataplejía, estaría indicada la administración de oxibato sódico, pitolisant o politerapia con antidepresivos [6,7].

El pitolisant es un fármaco de relativa reciente aparición con un mecanismo de acción completa­mente distinto al del resto de los fármacos antinar­colépticos. Es un potente y selectivo antagonista/ agonista inverso de los receptores H3 presinápticos de la histamina. Asimismo, modula la actividad de otros neurotransmisores, aumentando los niveles de acetilcolina, noradrenalina y dopamina, sin ac­tuar sobre las neuronas dopaminérgicas del núcleo accumbens, por lo que no presenta riesgo de adic­ción. De esta manera, al potenciar la actividad his­taminérgica, mejora el nivel de alerta, la duración de la vigilia y los episodios de cataplejía [7,8].

En conclusión, el abordaje de la narcolepsia de tipo 1 se está enriqueciendo gracias a la aparición de nuevos fármacos que actúan en diferentes sistemas de neurotransmisión cerebral. El pitolisant es una nueva y potente herramienta farmacológica a nues­tro alcance para combatir esta rara e incapacitante enfermedad. Por ello, es crucial continuar profun­dizando en la comprensión de la fisiopatología de la narcolepsia de tipo 1 con el fin de encontrar nuevos fármacos que actúen sobre otras vías, incluyendo la específica orexinérgica.

Conclusiones

Son numerosas las medidas disponibles en la actualidad para abordar los síntomas cardinales de la enferme­dad, aunque siguen existiendo casos resistentes al tratamiento antinarcoléptico. Los fármacos con mecanismos de acción sobre receptores del sistema histaminérgico pueden resultar de gran utilidad en estos casos.

Bibliografía

  1. Longstreth WT Jr, Koepsell TD, Ton TG, Hendrickson AF, van Belle G. The epidemiology of narcolepsy. Sleep 2007; 30: 13-26.
  2. Wijnans L, Lecomte C, de Vries C, Weibel D, Sammon C, Hviid A, et al. The incidence of narcolepsy in Europe: before, during, and after the influenza A(H1N1)pdm09 pandemic and vaccination campaigns. Vaccine 2013; 31: 1246-54.
  3. Mahoney CE, Cogswell A, Koralnik IJ, Scammell TE. The neurobiological basis of narcolepsy. Nat Rev Neurosci 2019; 20: 83-93.
  4. Burgess CR, Scammell TE. Catching up on REMs. N Engl J Med 2022; 386: 1950-2.
  5. American Academy of Sleep Medicine. International classification of sleep disorder, 3rd ed. Darien, IL: American Academy of Sleep Medicine; 2014.
  6. Bassetti CLA, Kallweit U, Vignatelli L, Plazzi G, Lecendreux M, Baldin E, et al. European guideline and expert statements on the management of narcolepsy in adults and children. J Sleep Res 2021; 30: e13387.
  7. Del Río-Villegas R, Martínez-Orozco FJ, Romero-Santo Tomás O, Yébenes-Cortés M, Gómez-Barrera M, Gaig-Ventura C. Estudio WAKE de vida real en pacientes con narcolepsia con cataplejía tratados con pitolisant no respondedores a tratamientos previos. Rev Neurol 2022; 75: 165-71.
  8. Sarfraz N, Okuampa D, Hansen H, Alvarez M, Cornett EM, Kakazu J, et al. Pitolisant, a novel histamine-3 receptor competitive antagonist, and inverse agonist, in the treatment of excessive daytime sleepiness in adult patients with narcolepsy. Health Psychol Res 2022; 10: 34222.

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Caso Clínico

Afiliaciones

Servicio de Neurología (A.M. González-García, J.A. Vizcaya- Gaona, Y. El Berdei-Montero, J.C. Morán-Sánchez). Servicio de Neumología. Unidad de Sueño. Hospital Universitario de Salamanca. Salamanca (A.R. Sánchez-Serrano). Servicio de Pediatría. Hospital Universitario La Paz. Madrid, España (M. Morán-Sánchez).

Correspondencias

Dr. Antonio Manuel González García. Hospital Universitario de Salamanca. Calle Paseo de la Transición Española, s/n. E-37007 Salamanca.

Email

antgongar2@gmail.com

Aceptado

10.07.23.

Financiación

La redacción de los casos clínicos que han participado en el I Concurso de casos clínicos ‘Abre los ojos en narcolepsia’ no ha recibido ninguna financiación. La publicación del suplemento ha sido patrocinada por Bioprojet España.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener conflicto de intereses.

La Biblioteca

Esta biblioteca la componen casos seleccionados a través del concurso Abre los Ojos en Narcolepsia, promovido por Bioprojet España y con el aval de la Sociedad Española del Sueño.

El Concurso

El concurso Abre los Ojos en Narcolepsia tiene
como temática casos clínicos con interés científico y/o asistencial, respecto a su presentación clínica, diagnóstico, abordaje terapéutico, o de cualquier ámbito. Respecto al tratamiento, los casos presentados pueden incluir pacientes de novo, o tratados con medicamentos en combinación o a los que se les haya realizado un cambio en su medicación para tratar la narcolepsia.

Sobre la Narcolepsia

La narcolepsia es una enfermedad neurológica, crónica y rara que afecta la capacidad de las personas para regular el sueño. Así, su síntoma más característico es la somnolencia excesiva, que se presenta como una necesidad irresistible de dormir en cualquier momento del día.

Conoce más en: www.lorarodelsueno.es

La web que hace visible esta enfermedad rara. Encuentra aquí información y recursos para comprender mejor a los pacientes, eliminar el estigma hacia la enfermedad y favorecer su entendimiento.

Casos Clínicos

Un caso clínico favorece una descripción ordenada, tanto de los síntomas como de los acontecimientos que le ocurren a un paciente en el curso de una enfermedad, hasta su tratamiento y evolución, facilitando el aprendizaje continuo del profesional y el manejo de la incertidumbre en la práctica clínica diaria.

Sobre Bioprojet

Bioprojet es una compañía internacional fundada en 1982 que agrupa investigación académica y desarrollo farmacéutico industrial para diseñar y desarrollar fármacos precursores de nuevos grupos terapéuticos.